Coro
 Dulce Patria, recibe los votos
 con que Chile en tus aras juró
 que o la tumba serás de los libres
 o el asilo contra la opresión.
 I
 Ciudadanos: el amor sagrado
 de la patria os convoca a la lid:
 libertad es el eco de alarma
 la divisa: triunfar o morir.
 El cadalso o la antigua cadena
 os presenta el soberbio español:
 arrancad el puñal al tirano
 quebrantad ese cuello feroz.
 II
 Habituarnos quisieron tres siglos
 del esclavo a la suerte infeliz
 que al sonar de sus propias cadenas
 más aprende a cantar que a gemir.
 Pero el fuerte clamor de la Patria
 ese ruido espantoso acalló
 y las voces de la Independencia
 penetraron hasta el corazón.
 III
 En sus ojos hermosos la Patria
 nuevas luces empieza a sentir
 y observando sus altos derechos
 se ha encendido en ardor varonil.
 De virtud y justicia rodeada
 a los pueblos del orbe anunció
 que con sangre de Arauco ha firmado
 la gran carta de emancipación.
 IV
 Los tiranos en rabia encendidos
 y tocando de cerca su fin
 desplegaron la furia impotente,
 que aunque en vano se halaga en destruir.
 Ciudadanos mirad en el campo
 el cadáver del vil invasor...;
 que perezca ese cruel que el sepulcro
 tan lejano a su cuna buscó
 V
 Esos valles también ved, chilenos,
 que el Eterno quiso bendecir,
 y en que ríe la naturaleza
 aunque ajada del déspota vil
 Al amigo y al deudo más caro
 sirven hoy de sepulcro y de honor:
 mas la sangre del héroe es fecunda
 y en cada hombre cuenta un vengador.
 VI
 Del silencio profundo en que habitan
 esos Manes ilustres, oíd
 que os reclamen venganza, chilenos,
 y en venganza a la guerra acudid.
 De Lautaro, Colo-Colo y Rengo
 reanimad el nativo valor
 y empeñad el coraje en las fieras
 que la España a extinguirnos mandó.
 VII
 Esos monstruos que cargan consigo
 el carácter infame y servil,
 ¿cómo pueden jamás compararse
 con los héroes del Cinco de Abril?
 Ellos sirven al mismo tirano
 que su ley y su sangre burló;
 por la Patria nosotros peleamos
 nuestra vida, libertad y honor.
 VIII
 Por el mar y la tierra amenazan
 los secuaces del déspota vil
 pero toda la naturaleza
 los espera para combatir:
 el Pacífico al Sud y Occidente
 al Oriente los Andes y el Sol
 por el Norte un inmenso desierto
 y el centro libertad y unión.
 IX
 Ved la insignia con que en Chacabuco
 al intruso supisteis rendir
 y el augusto tricolor que en Maipo
 en un día de triunfo nos dio mil.
 Vedle ya señoreando el océano
 y flameando sobre el fiero león
 se estremece a su vista el íbero
 nuestros pechos inflama el valor.
 Ciudadanos la gloria presida
 de la Patria el destino feliz,
 y podrán las edades futuras
 a sus padres así bendecir. .