Un día de pequeño jamón me dieron 
y yo, ¡tonto de mí! le dije: -¡qué no lo quiero! 
empiezas a estirar aquello y jamás se rompe 
parece que te estás comiendo el dedo de un guante. 
ahora que yo ya he crecido y tengo buen "saque" 
me como "blanco y rojo" y hasta aquel guante, 
la pezuña y el gancho donde se cuelgan. 
si luego me dan vino ¡así se regüelda! 
¡dame magra y vino! ¡camarero, digo! 
¡dame magra y vino! ¡yo se lo pido! 
¡dame magra y vino! ¡me debilito! 
¡dame magra y vino! ¡mucha magra, por favor! 
la magra con tomate me vuelve loco, 
con huevos fritos y ajos rebaño el plato, 
Con unos espárragos que sean gordos 
y con melón la magra ¡no veas qué morro! 
todo esto me lo como hasta que reviente 
con vino tinto en jarra y pan reciente, 
después una cuajada, el café y la faria. 
¡yo me quedo con gana! ¡quiero más magra! 
¡dame magra y vino! ¡camarero, digo! 
¡dame magra y vino! ¡yo se lo pido! 
¡dame magra y vino! ¡me debilito!¡dame magra y vino! 
¡mucha magra, por favor! 
con esto queda claro lo del pescado, 
igual hace en la tripa que si colgado. 
no es que lo discrimine - todo es muy bueno - 
pero donde esté el cerdo lo otro no quiero. 
por eso digo hermanos ¡tened respeto 
a ese cochino y guarro que tanto quiero! 
pues soy de la opinión, muy contundente, 
que hubiera tantos cerdos como hay de gente. 
¡dame magra y vino! ¡camarero, digo! 
¡dame magra y vino! ¡yo se lo pido! 
¡dame magra y vino! ¡me debilito! 
¡dame magra y vino! ¡mucha magra, por favor!